Yo apoyo a Madina
No tengo nada en contra de que cualquier militante del Partido Socialista Obrero Español opte a la Secretaría General del mismo, pues es lícito que cada uno en el ejercicio de sus derechos -en esta ocasión los que le otorgan las normas de este partido- se postulen e incluso aprovechando algunos privilegios legítimos que otros no tenemos (como formar parte del Comité Federal) puedan tirar de amigos/as para alcanzar los avales para ello.
La mayoría de los votantes del PSOE, muchos de esos/as que no confiaron en esta fuerza en las municipales y autonómicas, y mucho menos en las generales, esperan algo más de este centenario partido, de sus militantes y sobre todo de quienes aspiran a liderarlo. Vaya por delante que no tengo nada en contra ni de Rubalcaba ni de Chacón.
Especialmente al primero lo defendí a capa y espada en este mismo espacio, comprometiéndome incluso como voluntario en red en la campaña de las generales. Entendía que era el mejor candidato y el mejor relevo. Sin embargo, al final las urnas me demostraron que no. De Chacón poco puedo hablar, más allá de lo que todos conocemos de su estrecha relación -al igual que el primero- con el actual aparato del partido y con el último gobierno, que nos arrebató el Partido Popular con el peor resultado de la historia, no por su excelente oposición sino más bien por nuestra debilidad.
Lo vengo repitiendo de manera permanente y además es una opinión estrictamente personal: el socialismo del siglo XXI que las bases deseamos necesita posiblemente más dosis de coraje, de ilusión y de compromiso, que de experiencia o de bagaje, de los que sin duda Alfredo tiene mogollón.
Cada uno tiene sus preferencias y la mía se llama Eduardo Madina. Ojalá Sevilla, la ciudad del 38 congreso nos regale la oportunidad de seguir soñando, de seguir transformando la historia de este partido y de lograr que ni Rubalcaba ni Chacón puedan con el candidato o la candidata sorpresa, quien sabe si de origen vasco y de nombre Eduardo. Evidentemente no tendré la oportunidad de votarle y apoyarle pero al menos desde este espacio si es que me lee, le invito a que reflexione sobre ello y dé un paso adelante.
La mayoría de los votantes del PSOE, muchos de esos/as que no confiaron en esta fuerza en las municipales y autonómicas, y mucho menos en las generales, esperan algo más de este centenario partido, de sus militantes y sobre todo de quienes aspiran a liderarlo. Vaya por delante que no tengo nada en contra ni de Rubalcaba ni de Chacón.
Especialmente al primero lo defendí a capa y espada en este mismo espacio, comprometiéndome incluso como voluntario en red en la campaña de las generales. Entendía que era el mejor candidato y el mejor relevo. Sin embargo, al final las urnas me demostraron que no. De Chacón poco puedo hablar, más allá de lo que todos conocemos de su estrecha relación -al igual que el primero- con el actual aparato del partido y con el último gobierno, que nos arrebató el Partido Popular con el peor resultado de la historia, no por su excelente oposición sino más bien por nuestra debilidad.
Lo vengo repitiendo de manera permanente y además es una opinión estrictamente personal: el socialismo del siglo XXI que las bases deseamos necesita posiblemente más dosis de coraje, de ilusión y de compromiso, que de experiencia o de bagaje, de los que sin duda Alfredo tiene mogollón.
Cada uno tiene sus preferencias y la mía se llama Eduardo Madina. Ojalá Sevilla, la ciudad del 38 congreso nos regale la oportunidad de seguir soñando, de seguir transformando la historia de este partido y de lograr que ni Rubalcaba ni Chacón puedan con el candidato o la candidata sorpresa, quien sabe si de origen vasco y de nombre Eduardo. Evidentemente no tendré la oportunidad de votarle y apoyarle pero al menos desde este espacio si es que me lee, le invito a que reflexione sobre ello y dé un paso adelante.
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