Nos dejó Carlos Cordero Barroso
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Lo conocí en el colegio, cuando de sus manos empecé a aprender mis primeros conocimientos musicales en el Colegio Nacional "Reyes Católicos" -hoy C.E.I.P Reyes Católicos- y donde bajo su batuta tuve el privilegio de ser una de las voces blancas que componían el coro del colegio, toda una institución dentro y fuera del centro, que incluso llegó a participar en certámenes regionales de primer nivel como se demostró en el año 1982 cuando grabamos el disco "Extremadura Canta en Navidad" con los villancicos "Pastorcito, niño Amado" y "Niño querido del alma".
Carlos Cordero Barroso, "Don Carlos", nos dejó para siempre ayer día 10 de febrero de 2013, en un día frío de invierno y después de que una grave enfermedad acabase con su vida en la ciudad de Cáceres. Me siento de alguna manera obligado moralmente a utilizar mi espacio personal para dedicarle unas palabras sinceras de agradecimiento y también de reconocimiento, pues aunque pueda sonar a tópico Don Carlos era realmente excepcional, con sus virtudes y con sus defectos como todos los seres humanos.
Ayer cuando mostraba mis condolencias a su familia hubo alguien de ella que me comentó que me apreciaba y me estimaba, y lo cierto es que yo también a él, por lo mucho que compartimos especialmente en mi etapa en el colegio. A lo ya mencionado sobre el coro del colegio, se añade obviamente sus enseñanzas musicales y también sus aportaciones a mi formación deportiva, concretamente en el fútbol, donde tuve la suerte de estar bajo su dirección y de recorrer muchos campos de la provincia de Cáceres compitiendo y disfrutando de esas maravillosas jornadas de convivencia.
De todas esas facetas, quizás me quede con la de la música por su influencia sobre mi, de ahí que haya querido publicar esa foto en la que aparezco siendo un niño en la primera fila en una actuación en el la Plazuela del Realejo de San Juan en Guadalupe. Fue este músico y maestro, junto con Cesáreo Plaza, quienes me inculcaron el amor al divino arte, y quienes me iniciaron en el aprendizaje del solfeo, el lenguaje musical y el canto, disciplina esta última que finalmente me permitió obtener la titulación de grado medio de las enseñanzas oficiales. Siempre recordaré algunas canciones de ese coro, algunas de ellas incluso con canto gregoriano. De entre ellas, el villancico suramericano "Huachito Torito" o incluso la también mejicana "De Colores", formarán parte siempre de mi memoria.
Finalizo mis palabras reconociendo su labor en favor de la música, la cultura y la divulgación de Guadalupe y su Monasterio en su faceta de escritor, periodista y cronista de este pueblo. Además, su participación activa en asociaciones de Guadalupe consolidadas como son la Coral Santa María, la Banda de Música, los Caballeros y las Damas de Guadalupe, entre otros.
En mi humilde opinión Carlos Cordero le dio a Guadalupe mucho más que Guadalupe a él y quizás, al igual que con otras personas, los guadalupeños estemos en deuda con él.
Para él este Pie Jesu de Fauré que interpreté hace poco tiempo.
Comentarios
Me he expresado mal amigo.
Carlos siempre estará en la memoria històrica de este pueblo y por eso efectivamente nunca morirá.
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias a todos por vuestras palabras.
En nuestros corazones y recuerdos conservaremos su memoria. La musica no muere, la musica vive siempre y hasta mis hijas de cinco años cantan sus canciones.
Gracias Felipe. Su sobrina Chon.