Al camarada Pedro Antonio
Aún consternado por tu pérdida, y con los las lágrimas en los ojos (demasiado poco para poder "regresarte" como dijera el poeta Miguel Hernández a su amigo Ramón Sijé), quiero rendirte en este espacio personal, mi pequeño homenaje, camarada del alma. Tu testimonio -inmortal- de compañerismo, entrega y lealtad en lo profesional, y tu cercanía y el amor hacia los demás en lo personal, te hacían diferente.
Ayer, cuando asistía a tu ceremonia civil de despedida (un deseo personal que se cumplió al pie de la letra), el dolor se tornaba por momentos orgullo y satisfacción. Dolor por una familia exquisita y humilde que pierde a un ser querido y amado, por la pérdida de un valor humano y profesional de muy alto nivel y por la impotencia que se siente cuando ves que, en 10 meses un "puto bicho" -una vez más- acaba segando la vida plena e integra de un excepcional ser humano, como tú lo eras. Orgullo y satisfacción porque ese testimonio de vida al que me refería antes, era compartido por muchas personas que nos dimos cita en ese lugar de Cáceres para despedirte como tú querías, con las notas del pasodoble "Suspiros de España" o el "Himno de Riego" intepretados por Antonio, los poemas de Miguel Hernández. No olvidaré jamás, amigo y compañero, mi vuelta a Brozas, de nuevo junto a ti, pero de manera diferente, portándote a hombros como los toreros en las plazas, orgullosos de ti, de tu trabajo, de tu compromiso y de tu entrega hacia la justicia social, como un ideal que compartíamos y que nos hacía fuertes en momentos complicados en lo personal y en lo profesional. Este pueblo te quería Pedro, pero nunca supo entender tu mensaje, quizás porque aún no estaba preparado, o quizás porque tenía que ser así.
No quiero extenderme mucho, pues ya conoces tú que cuando me dejan una pluma o un teclado, y el corazón me da alas, soy capaz de llenar muchas páginas. Pero no se trata de eso, simplemente de curarme el alma, al menos un poquito, pues me la has dejado muy tocada. Tú sabes que el tiempo lo cura todo, tenemos aún muchos proyectos pendientes, aunque comprenderás que lo tengo muy jodido sin tu compañía, seguiré luchando por todo eso que se quedo en el aire, en tu honor y en tu memoria. ¡Qué mi Dios -permítemelo al menos esta vez- te bendiga ! y que allá donde estés veles por nuestra felicidad, la de todos/as los que estuvimos contigo, especialmente por Visi, por Eduardo, por Álvaro!Espérame paciente, porque cuando llegue mi momento, volveré a estar junto a ti y seguiremos soñando, compartiendo y eternamente, viviendo.
Te dejo esta canción que tanto te gustaba, cuya letra leyó tu amigo Carlos, y que por circunstancias y quizás excesivo dolor, no te pude cantar.
Ayer, cuando asistía a tu ceremonia civil de despedida (un deseo personal que se cumplió al pie de la letra), el dolor se tornaba por momentos orgullo y satisfacción. Dolor por una familia exquisita y humilde que pierde a un ser querido y amado, por la pérdida de un valor humano y profesional de muy alto nivel y por la impotencia que se siente cuando ves que, en 10 meses un "puto bicho" -una vez más- acaba segando la vida plena e integra de un excepcional ser humano, como tú lo eras. Orgullo y satisfacción porque ese testimonio de vida al que me refería antes, era compartido por muchas personas que nos dimos cita en ese lugar de Cáceres para despedirte como tú querías, con las notas del pasodoble "Suspiros de España" o el "Himno de Riego" intepretados por Antonio, los poemas de Miguel Hernández. No olvidaré jamás, amigo y compañero, mi vuelta a Brozas, de nuevo junto a ti, pero de manera diferente, portándote a hombros como los toreros en las plazas, orgullosos de ti, de tu trabajo, de tu compromiso y de tu entrega hacia la justicia social, como un ideal que compartíamos y que nos hacía fuertes en momentos complicados en lo personal y en lo profesional. Este pueblo te quería Pedro, pero nunca supo entender tu mensaje, quizás porque aún no estaba preparado, o quizás porque tenía que ser así.
No quiero extenderme mucho, pues ya conoces tú que cuando me dejan una pluma o un teclado, y el corazón me da alas, soy capaz de llenar muchas páginas. Pero no se trata de eso, simplemente de curarme el alma, al menos un poquito, pues me la has dejado muy tocada. Tú sabes que el tiempo lo cura todo, tenemos aún muchos proyectos pendientes, aunque comprenderás que lo tengo muy jodido sin tu compañía, seguiré luchando por todo eso que se quedo en el aire, en tu honor y en tu memoria. ¡Qué mi Dios -permítemelo al menos esta vez- te bendiga ! y que allá donde estés veles por nuestra felicidad, la de todos/as los que estuvimos contigo, especialmente por Visi, por Eduardo, por Álvaro!Espérame paciente, porque cuando llegue mi momento, volveré a estar junto a ti y seguiremos soñando, compartiendo y eternamente, viviendo.
Te dejo esta canción que tanto te gustaba, cuya letra leyó tu amigo Carlos, y que por circunstancias y quizás excesivo dolor, no te pude cantar.
Comentarios
un abrazo especial para Javier, para ti, para quienes trabajasteis con él, de Marisa y mío
Enviamos un fuerte abrazo para todos los compañeros, en especial para Felipe y Javier.
Besos Asdivi.
Un abrazo de a quien tú bautizaste como Geoalcalde.
Salud, compañero.