El crédito se congela
Ahora que desde Extremadura se aprueban leyes para impulsar la creación de empresas y reducir al máximo los trámites burocráticos - lo cual es un avance a tener en cuenta, y lo digo con un profundo conocimiento de la materia- parece ser, según me cuentan algunos emprendedores de la comarca de Las Villuercas con proyectos interesantes para sectores como el turístico, se están encuontrando con las puertas de las entidades bancarias cerradas y bloqueadas al crédito, aún a sabiendas de la viabilidad del proyecto y de la solvencia del promotor.
Siempre fui muy reticente a relacionarme con las entidades bancarias, especialmente con algunas como el BBVA con el que tuve que romper relaciones por estafa manifiesta y cobro de comisiones abusivo. Todos sabemos el único fin que persiguen este tipo de empresas, aunque algunas se escondan bajo el paraguas de obras sociales o de apoyo a determinadas actividades de interés general. Es lógico, pensando que se trata de empresas y hasta cierto punto es legítimo. Lo que no debe serlo tanto, o al menos a mi me lo parece, es que después de que el gobierno de España con los cuartos de todos/as los/as españoles/as repartiese una buena dosis de fondos a las Cajas y Bancos a finales de 2008, ahora en momentos tan determinantes para el sostenimiento de las empresas y del tejido productivo se les cierre el grifo sin que nadie les obligue a devolver en créditos a la inversión lo que recibieron del estado. Y luego, otra cuestión, a gente como Díaz Ferrán no les ponen pegas y a personas anónimas, que pretenden emprender en zonas rurales -con lo que eso significa- les dan largas y largas para decirles al final que llamen a otra puerta. Algo estamos haciendo mal en este país.
Siempre fui muy reticente a relacionarme con las entidades bancarias, especialmente con algunas como el BBVA con el que tuve que romper relaciones por estafa manifiesta y cobro de comisiones abusivo. Todos sabemos el único fin que persiguen este tipo de empresas, aunque algunas se escondan bajo el paraguas de obras sociales o de apoyo a determinadas actividades de interés general. Es lógico, pensando que se trata de empresas y hasta cierto punto es legítimo. Lo que no debe serlo tanto, o al menos a mi me lo parece, es que después de que el gobierno de España con los cuartos de todos/as los/as españoles/as repartiese una buena dosis de fondos a las Cajas y Bancos a finales de 2008, ahora en momentos tan determinantes para el sostenimiento de las empresas y del tejido productivo se les cierre el grifo sin que nadie les obligue a devolver en créditos a la inversión lo que recibieron del estado. Y luego, otra cuestión, a gente como Díaz Ferrán no les ponen pegas y a personas anónimas, que pretenden emprender en zonas rurales -con lo que eso significa- les dan largas y largas para decirles al final que llamen a otra puerta. Algo estamos haciendo mal en este país.
Comentarios
A ver si más gente habla claro.
Y en cuanto a los futuros emprendedores, esperamos que no se dejen amilanar y se desesperen, siempre hay soluciones y gente con ganas de ayudar.