Sigue el misterio de las escuchas
Al final no sabemos si hay o no pruebas de las supuestas escuchas a miembros del Partido Popular. No sé quien se habrá inventado esa estrategia para quemar al gobierno y para distraer la atención de los medios hacia otras noticias que tienen que ver con otros delitos mayores,precisamente cometidos presuntamente por destacados políticos pertenecientes a ese partido. En mi opinión los asesores del líder de esta formación, no deben estar pasándolo muy bien, pues resulta obvio que todo este supuesto montaje, como llegue a esclarecerse, va a ser la sentencia de muerte de quien pretende, una vez más, acceder a la Moncloa.
Me da la impresión de que de nuevo han vuelto a -con perdón- "cagarla" y que no creo yo que la mejor manera de arrebatarle el poder al partido en el gobierno sea esa, creándose verdaderas trolas que no convencen ni a ellos mismos, y ni siquiera tienen sostenimiento alguno. Parece lógico pensar que si se van a realizar acusaciones de tal calado, lo menos que deben de existir son las pruebas que avalen tales argumentos y que puedan darle la credibilidad y solvencia política que un partido que aspira al poder debe poseer ante situaciones como estas.
Creo que el principal partido de la oposición debería rectificar y reconocer el error garrafal cometido, ahora que aún hay tiempo, no vaya a ser que cuando lo haga sea ya demasiado tarde y los españoles no le perdonen este nuevo embuste, como ya hicieran el 14 de marzo de 2004.
Me da la impresión de que de nuevo han vuelto a -con perdón- "cagarla" y que no creo yo que la mejor manera de arrebatarle el poder al partido en el gobierno sea esa, creándose verdaderas trolas que no convencen ni a ellos mismos, y ni siquiera tienen sostenimiento alguno. Parece lógico pensar que si se van a realizar acusaciones de tal calado, lo menos que deben de existir son las pruebas que avalen tales argumentos y que puedan darle la credibilidad y solvencia política que un partido que aspira al poder debe poseer ante situaciones como estas.
Creo que el principal partido de la oposición debería rectificar y reconocer el error garrafal cometido, ahora que aún hay tiempo, no vaya a ser que cuando lo haga sea ya demasiado tarde y los españoles no le perdonen este nuevo embuste, como ya hicieran el 14 de marzo de 2004.
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