Camino Real de Guadalupe
Lo más triste de esto -o quizá el detonante de que esto tome mayor fuerza- es que las instituciones y organismos que en teoría deben impulsar estas iniciativas, entre ellas APRODERVI, no lo vean así, y piensen -al menos de modo general- que esto del camino real huele a senderistas, a gente que viene a comerse la merienda al campo, a un grupo de amiguetes que lo que único que pretenden es fastidiar a quienes de manera ilícita quieren apropiarse del camino. Es posible que en algún momento pueda ser así, pero el fondo de la cuestión es que seguimos inmersos en ese mal que ha caracterizado al pueblo extremeño, al mundo rural, en no ver más allá de nuestro ombligo, y en conformarnos con el día a día, sin pensar en el futuro, en nuestros hijos y en el mundo que queremos para ellos. El camino real de Madrid a Guadalupe, por el que transitaron reyes y nobles, es un recurso excepcional, más importante desde el ámbito histórico y cultural, incluso desde la visión medioambiental, que otras rutas que convergen en Guadalupe, como pueda ser la vía verde del ferrocarril, a la que por cierto se la viene apoyando desde la Junta de manera regular.
Por eso, de la misma manera que Extremadura debe coger el AVE del progreso que nos una a Madrid, también debe pensar en recuperar y mantener los viales históricos que aún nos mantienen unidos a la capital, apoyando sin condiciones y con visión de futuro la promoción del mismo, animando a quienes de manera altruista y desinteresada dedican su tiempo libre a defender esos valores, y siendo impulsora del proyecto, buscando generar ese valor añadido que sin duda tiene, y cuya viabilidad está demostrada, como ha sucedido en otros lugares de España y de Europa.
Desde este humilde espacio para la reivindicación, la opinión, la reflexión y el debate, mi apoyo a la Asociación, al Camino y a su presidente.
Comentarios