Tras el rasto del cordel de ganados
Esta mañana, y ya es la segunda en pocos días, he vuelto a calzarme mis botas de montaña para hacer una pequeña ruta, por el entorno de la Puebla. Desde que la cuestión del montañismo y senderismo se federase y se homologase la señalización, este tipo de itinerarios se denominan de pequeño recorrido (P.R.) y las marcas típicas del sendero tienen el color amarillo y blanco. Perdonad, no pretendo dar lecciones de esto a nadie pues no soy un experto, sino que me pareció que para los lectores y seguidores que no están puestos en estas materias resultará de interés.


Destacaría de la ruta el paisaje que se observa al tomar el cordel de ganados que conduce hasta el Guadalupejo, divisando la sierra de Las Villuercas, y más concretamente el pico Villuercas, montaña más alta de estas sierras con una altitud de 1.601 m., que pasa por ser el más alto de los Montes de Toledo, antaño Cordillera Oretana.
Como siempre los contrastes entre los olivares cercanos al pueblo, los pinares, los bosques de castaño cultivado y el bosque galería próximo al río han posibilitado un disfrute de las primeras horas de la mañana. El recorrido, de aproximadamente dos horas, es una buena escusa para evadir tensiones y sentirse cercano al medio.
Mañana, posiblemente descanso. Comienzan los tradicionales festejos taurinos de la Puebla con el chupinazo de esta misma noche a las 12, y después a pesar de que uno no es muy torero si gusta de tomar unas copas y de disfrutar de la familia.
En próximos días, intentaré explorar y trazar sobre el mapa el cordel de ganados en toda su extensión. A ver si es posible que no tenga intrusiones, ni alambradas, ni este tipo de cosas, que desgraciadamente ocurren con demasiada frecuencia.
Os seguiré contando.
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