No bajar jamás la guardia
Dentro de unas semanas volveremos a retomar en Guadalupe el programa "Internet en Familia" en el Colegio Público Reyes Católicos, después de la experiencia vivida el curso pasado y con un mayor grado de expectativa, dada la importancia que parece tener este asunto entre los padres y madres, especialmente cuando hay menores de edad de por medio y en virtud del notable incremento de usuarios de redes sociales, móviles e Internet, entre los más pequeños.
Como cibervoluntario y persona implicada en esta actividad de sensibilización y orientaciòn hacia padres e hijos, no puedo dejar pasar el día de Internet Seguro, que hemos celebrado hoy, para volver a reivindicar una mayor atención a este tipo de actividades, y sobre todo un llamamiento a la responsabilidad que como padres tenemos para controlar el acceso de nuestros hijos a determinados sitios.
Los datos hablan por sí solos: un 70 por 100 de niños menores tienen acceso a las redes sociales, repartiéndose este entre Facebook y Tuenti. No sólo lo dicen los estudios, sino que lo corroboramos quienes merodeamos por muchos rincones de la red y vemos con nuestros propios ojos verdaderas barbaridades, potenciales polvorines que en cualquier momento pueden estallar a modo de muchos de los peligros que hoy día acechan en cualquier esquina de la red (acosos, robos de datos e identidad, pedofilia...).
Quienes vivimos en un pueblo pequeño a veces creemos que este tipo de amenazas que se esconden en la red nunca llegan a producirse en este entorno rural y disperso. Sin embargo, nada más lejos de la realidad: la globalización de la red permite precisamente una mayor expansión e impunidad, lo que nos hace vulnerables a todos, independientemente de la latitud del globo en la que nos ubiquemos.
Por eso y por el bien de vuestros hijos, y de los míos, espero que este año podamos completar esa maravillosa aula de informática del colegio , aprender y compartir algo más sobre este tipo de amenazas, las cuales - si no ponemos remedio - nos pueden hacer mucho daño. Siempre pensamos que siempre les toca a los demás y bajamos la guardia. Ante este tipo de delitos tolerancia cero, máxime cuando hablamos de menores y de niños.
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