Caminando hacia la igualdad

Hoy no procede otra cosa que no sea hablar de desigualdad, porque a pesar de que se está avanzando mucho en la lucha en la equiparación entre sexos en este país, aún quedan algunos escollos a los que tenemos que hacer frente entre todos/as, y cuando digo entre todos me refiero a hombres y mujeres. Para empezar, quiero quedar muy claro que esta causa no es fruto de la conmemoración especial que en esta jornada se hace desde hace algunos años, sino que debe ser instaurado como una filosofía, como un concepto diario que cada uno de nosotros/as debemos asumir como necesario para caminar hacia esa plena igualdad que todos/as deseamos, y que aún sigue siendo un camino con muchos obstáculos.

Yo no voy a descubrir aquí el papel fundamental que desempeña la mujer en la sociedad y la relevancia que tiene en la vida de todos los seres humanos. Por ello, tenemos que reivindicar , día a día, en cualquier ámbito y circunstancia, ese espacio de libertad e igualdad que toda mujer debe tener con respecto al hombre. La igualdad tiene que ser concebida en profundidad y sin necesidad de que tengamos que hablar de ella en momentos concretos o por situaciones lamentables. Educar a nuestros hijos en estos valores resulta crucial para el devenir de un mundo mejor para todos. En esta misión, que algunos tenemos encomendada, hemos de ser muy cuidadosos, e incluso ejemplarizantes, lo cual en ocasiones resulta sumamente complicado. Muchos de los hombres de mi generación fuimos educados con ciertos tintes de machismo, afortunadamente salvados con la propia madurez que te da la experiencia y la convivencia. Es posible que de manera involuntaria, sin mala fe, sigamos actuando de modo equivocado e incluso mantengamos resquicios de aquellos aprendizajes, inconscientemente impregnados en nuestra personalidad, que puedan seguir haciendo daño a las mujeres de nuestro entorno, y contra los que debemos enfrentarnos sin complejos y con mucho coraje.

Por todo ello y porque creo firmemente en la plena igualdad, espero y confío en que pronto dejemos de hablar de ella. Entre todos/as hemos de lograr una sociedad de hombres y mujeres sin diferencias por el bien de todos y por el bien de las generaciones futuras.

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