Santa Cecilia
No sé si la música me hace ser
mejor o peor persona. Seguramente no. Tampoco puedo alcanzar a precisar cuán
diferente me siento respecto de otras personas por el hecho de haber tenido el
privilegio de estudiar música. Lo cierto y verdad es que me considero músico,
por supuesto en continuo aprendizaje y perfeccionamiento, como manda la
tradición y con algunas aspiraciones que probablemente jamás pueda ver
cumplidas por muchos motivos que no
vienen al caso.
Hoy celebramos a nuestra Patrona
Santa Cecilia, y no podía dejar de escapar la ocasión para seguir defendiendo
este arte y la igualdad para todas las
personas que sienten la pasión y el interés por aprender música, algo que como
sabemos bien quiénes vivimos en el medio rural no se cumple. Quien vive en una
ciudad tiene muchas y mejores oportunidades para ello, para acceder a
determinados estudios musicales y para perfeccionarse con mejores garantías.
Pero es día de alegría, de
celebración en clave musical y de entonar melodías en tonos mayores que nos animen el
espíritu. Para ello nada mejor que irme a enseñarle a mi hijo César algunas
cosas nuevas, en la clase que todas las semanas compartimos para aprender uno
del otro: él de mi “experiencia y bagaje” y yo, de verme reflejado en él y de
poder desempeñar una función para transferirle algunos conocimientos que espero le sirvan en la vida, como a mí me han
servido.
Felicidades para todos/as los que
son, se sienten o viven como verdaderos músicos, especialmente a los compañeros
de la Banda de Guadalupe, de la Agrupación de Zarzuela, de la Coral Santa María
de Guadalupe y otros compañeros/as del Conservatorio Hermanos Berzosa de Cáceres y de otras zonas de Extremadura.
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