La banca ética, una aternativa posible

La crisis económica está teniendo graves consecuencias a nivel económico, social y político, las cuales son ampliamente conocidas por todos. Una de ellas, es la reorganización del sistema público de ayudas que está provocando una disminución de las subvenciones, especialmente en los sectores sobre los que se ha construido el denominado estado de bienestar, pero también en otros sectores como el empresarial.

En mi vida profesional, en la gestión de las ayudas del programa de desarrollo rural bajo enfoque LEADER, compruebo como muchos proyectos viables e innovadores acaban cayéndose porque cuando se acercan a una entidad bancaria se les deniega el crédito (Curioso como con nuestros impuestos ayudamos a su sostenimiento y cuando se les necesita te dan la espalda).

En nuestro entorno más inmediato, especialmente en los pueblos estamos asistiendo a un desmantelamiento progresivo de servicios públicos relacionados con la dependencia, con la educación o con la sanidad, motivada fundamentalmente porque la ideología en el poder achaca a este estado de bienestar, a estos logros sociales conquistados hace tiempo, el mal de todo lo que acontece en nuestro entorno, ignorando que hay gastos que hay que analizarlos en el largo plazo, considerando el beneficio social más que la cuenta de resultados. Esto ha provocado una caida generalizada, por cumplir con el déficit y los mercados, de los apoyos a esos servicios públicos, de carácter social y si me permitís, patrimonio público.

Ante este contexto surge la necesidad de articular nuevas fórmulas de gestión, abrir nuevos caminos a la solidaridad, al voluntariado y a proyectos de participación colectiva que movilicen a las personas en base a unos criterios objetivos, a sentimientos de pertenencia, identitarios, éticos, etc... Muchas comunidades de países iberoaméricanos y de otras zonas del mundo, responden a la pobreza, a la exclusión social y a la falta de recursos económicos públicos, con proyectos compartidos, con fórmulas de emprendimiento verdaderamente sorprendentes y altamente efectivas. Entre estas fórmulas se encuentra la banca solidaria, ética o comunitaria, o lo que es lo mismo bancos gestionados por ciudadanos que de manera democrática deciden dónde, cuándo y con cuánto de invierte. Se trata de movilizar a los ciudadanos para que inviertan en proyectos sociales y de interés comunitario, fomentando incluso el voluntariado (capital humano) como un valor más a considerar.


Gracias a un amigo he tenido acceso al proyecto Fiare, cuyo contenido me parece muy apropiado para estos tiempos de crisis, donde los ciudadanos empiezan a desconfiar de los políticos, de los gobiernos y de los bancos al estilo tradicional. Otras formas son posibles y en ellas hemos de construir otra sociedad más justa y equilibrada. La ausencia de lucro, la democracia participativa y el enfoque ascendente, la definen y la fortalecen.

Comentarios

Sixto ha dicho que…
sin que se tome como publicidad, Triodos bank es una banca etica que funciona desde finales de los años 70 en Holanda y otros paises. En España desde hace unos diez. En su web se pueden ver proyectos financiados tambien en extremadura y si no recuerdo mal hemos financiado cosas en Cañamero.
Un saludo y animos con todo lo que llevas.

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20 de junio de 2012

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