Apoyo a la orquesta de Extremadura

Empecé a estudiar música en el colegio y tuve la suerte de formarme en la escuela de música de la Banda de Guadalupe de manos de Cesáreo Plaza, para seguir por mi cuenta hasta que logré hacerme con una plaza en el Conservatorio Hermanos Berzosa de Cáceres logrando el grado profesional de canto, después de 6 años de sacrificio y esfuerzos, de no pocos inconvenientes de tipo logístico (250 km. para asistir a clase una media de dos días por semana en un curso normal) y de una gran afición en forma de pasión que me ha permitido conocer a muchas personas, compartir emociones y sensaciones y sobre todo, madurar como persona a través de la música.

Me consta que la Orquesta de Extremadura fue un proyecto madurado, puesto en pie con mucho tesón y no pocas dificultades. Resulta evidente pensar que uno de los parámetros a tener en cuenta para analizar el nivel cultural de un pueblo, una región o un estado, es sin duda conocer las manifestaciones musicales y el número de estas. Extremadura había alcanzado en los últimos años una nota muy elevada con esta orquesta, y eso ha sido fruto de un proceso de no pocos esfuerzos (entre ellos el económico) que nos han permitido disponer de "un lujo cultural" en nuestra tierra, que ha posibilitado el acercamiento excepcional de la música a algunos rincones y a algunos segmentos de la población.

Un gobierno puede apostar por muchas cosas, puede establecer prioridades y tiene la obligación de optimizar los recursos públicos. Pero además, debe tener la suficiente inteligencia y capacidad de detectar sensibilidades, de captar inquietudes y de articular políticas de igualdad, que -entre otras facetas- permita el acceso de los ciudadanos a los elementos culturales más excepcionales como lo es la Orquesta de Extremadura.

Por esos motivos y porque conozco profundamente la trayectoria que un músico recorre hasta formar parte de una orquesta, así como la incentivación que suponía para los estudiantes de música extremeños contar con esta formación, no puedo dejar de decir que la orquesta, nuestra Orquesta de Extremadura (OEX), es patrimonio de todos y por tanto no admite fisuras ni medias tintas a la hora de sostener su funcionamiento. Es posible que se necesiten articular nuevas fórmulas de gestión y de funcionamiento, con la reactivación de un nuevo plan de viabilidad que permita generar ingresos suficientes para que nadie ponga en cuestión este enorme bien cultural que ha tenido esta tierra en los últimos años.

Desde este humilde espacio, como extremeño y como músico, quiero manifestar mi apoyo a la orquesta de Extremadura y mi apoyo a todos/as los/as músicos/as que la componen, porque Extremadura debe seguir apostando por la cultura, por la música y por esta iniciativa que años atrás nadie imaginaba fuese lo que es y lo que puede llegar a ser.

Buena suerte y mucha mierda.

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