Algunos retos en el día de Internet

Tengo que confesar que a día de hoy me resultaría sumamente complicado vivir sin internet. Esta plataforma de conocimiento, de oportunidades, de globalización, de progreso y también de democracia, ha experimentado desde su creación una evolución espectacular, aunque obviamente como con cualquier tecnología -no olvidemos que esta lo es- siempre genera brechas y desigualdades, sobre todo porque tiene un coste económico considerable que no todo el mundo puede permitirse, tanto a nivel de infraestructuras como a nivel personal. Primer reto importante por tanto, la gratuidad o al menos para un nivel básico y ancho de banda mínimo.

En este día de Internet quiero detenerme, prestar especial atención y reivindicar esa otra dimensión que aún nos queda por conquistar, o al menos estandarizar, y que tiene que ver con esa democracia participada o participativa a través de la red, de esa conexión directa entre los gobiernos y los ciudadanos, que tanta falta nos hace y que podría ser un nuevo punto de inflexión en la historia de esta red de redes que tanto nos aporta y que gestionada de manera eficaz y responsable nos conduce a unos niveles de prosperidad y de independencia personal, jamás alcanzados por otros inventos o descubrimientos en la historia de la humanidad. Ese es, sin lugar a dudas, un enorme reto más que tenemos por delante, y que nos ayudará a mejorar en buena medida ese contexto actual de tanta indignación y desconfianza en la democracia y en la política.