Salvar la cultura del castaño

Foto: http://iliberisnigra.wordpress.com

Cualquiera que haya tenido la fortuna y el privilegio de crecer en alguno de los pueblos de Las Villuercas o los Ibores no se imagina un futuro paisaje en el que la especie Castanea Sativa, el castaño, no esté presente. Zonas como el valle del río Almonte, el río Viejas, el Ibor y otros importantes espacios de este territorio no serían lo que son si no es por este árbol, que viene a ocupar cerca de 2.200 hectáreas. Las bellas estampas del colorido otoñal en Las Villuercas pasarían a ser historia.

Ni que decir tiene que se perdería un importante negocio, o al menos una renta complementaria de mucho peso en las familias de municipios como Navezuelas, Navalvillar de Ibor, Robledollano y Guadalupe, que vienen a producir en torno a 4 millones de kilos, y que en muchos casos encuentran en este producto la compensación con respecto a otros cultivos menos rentables y residuales. Idéntica reflexión para los jornales o productos alternativos como las setas.

La penetración en la comarca de la enfermedad del chancro, está empezando a arrasar de manera lenta pero contundente muchos ejemplares y bosques de castaño en la zona, lo cual ha encendido todas la alarmas, especialmente entre los productores que se agrupan en cooperativas y algunos técnicos que trabajamos en la zona. Eso nos ha hecho movilizarnos y poner en marcha un grupo de trabajo al que hemos llamado "Mesa del Castaño" en la que están presentes las cooperativas, técnicos y algunos productores de la zona.

Espero que toda la población comience a movilizarse e integrarse en este esfuerzo colectivo que tenemos que emprender para acabar con esta enfermedad. Hay que empezar a estudiarla y caracterizar el tipo de patógeno que se desarrolla en nuestro castañar y para ello necesitamos esfuerzos económicos importantes, además del concurso de toda la población y ciudadanía que de alguna manera presione a la Administración para que finalmente podamos lograr entre todos detener el avance de esta enfermedad y salvar la cultura del castaño arraigada en nuestros pueblos. Si no es así, pronto nos quedaremos sin castaños (20 años) y nuestro recién reconocido Geoparque no será el mismo.

A mi me gustaría que mis nietos también pudieran seguir comiéndose unos calbotes de castañas injertas y veratas de Las Villuercas, y sobre todo que pudiesen participar en su recolección o disfrutar del bosque y del sotobosque, pues no olvidemos que muchas de las mejores setas querecolectamos por esta zona, como el Boletus Edulis, están estrechamente ligadas al castaño.

Hemos creado también un grupo en facebook al que podéis uniros para ayudarnos y que será el germen del movimiento ciudadano, aunque obviamente también tendremos que recurrir a los canales tradicionales.

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