A quien proceda o corresponda

Desgraciadamente hoy tengo que volver a escribir acerca de un hecho que -con demasiada frecuencia y en muchos pueblos y zonas rurales de Extremadura- suele ser muy común, y posiblemente por eso -por la normalidad con lo que lo acatamos- se ha convertido en una costumbre, en una resignación y por tanto en una fugaz reivindicación que apenas tiene cobertura política. Sin embargo, no quiero dejar de ser crítico y de manifestar mi inconformismo ante esta -aunque hay otras muchas- desigualdad social que venimos padeciendo las personas que vivimos en un pueblo sin Hospital y a muchos kilómetros de ellos.

Para empezar quienes tenemos hijos pequeños no nos podemos permitir el lujo de que enfermen, de que tengan algún tipo de necesidad sanitaria que requieran la presencia de su pediatra, más allá del único día de la semana que pasa su consulta por el centro de salud. El que surja cualquier urgencia, cualquiera incidencia que necesite de este tipo de servicios, supone la atención del médico de guardia, y si todo se complica el posterior viaje al centro hospitalario más cercano.

Estamos en periodo preelectoral, en tiempo de cambios, de indignados, de programas, de propuestas, de escucha a la ciudadanía y también de reivindicaciones y de necesidades. No es posible que haya desigualdad, desequilibrios, diferencias, discriminación... o como se le quiera llamar entre las personas que vivimos en un pueblo y quienes lo hacen en una ciudad. Que yo sepa mis impuestos no tienen ningún tipo de bonificación por el hecho de vivir en una zona rural, mi contribución a la Seguridad Social es igual que la de quien habita en la urbe, mis hijos no tienen ningún tipo de privilegio que compense este claro déficit, ni en la sanidad, ni en la educación, ni en nada. Lo que en mi humilde opinión es injusto.

A quien proceda o a quien corresponda, a quienes se ejercitan y se afanan en convencernos para que depositemos un voto útil. A quienes pretenden meter la tijera en algunos servicios públicos. Con todos ellos quiero compartir esta reflexión, esta realidad, esta brecha social que vivimos miles de ciudadanos y que nos margina con respecto a otros

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