Inestabilidad política y social

Por mucho que pretenda camuflarse, por más que -a base de demagogia y algunas dósis marketing- se empeñen en sumergirnos en realidades ficticias y en cuentos de leyenda, la derecha de este país al final siempre acaba ejerciendo de lo que es. A pesar de pretender disfrazarse de corderos y de hermanitas de la caridad, siempre asumen el papel histórico que vienen desarrollando, y no dudan en dar muestras de ello en cuanto tienen la ocasión. Eso sí, de cuando en cuando, suelen regalarnos algún caramelito (a la larga envenenado) para acallar algunas bocas y para minimizar la ideología que les caracteriza y que no está de moda en tiempos de movimientos como el 15M, de recesiones económicas y de falta de estabilidad.

Esta visión, sin embargo contrasta profundamente con los resultados en las urnas y el avance de esta ideología, en Europa y en España, en el plano autonómico y local. Sin duda un enigma de difícil comprensión en un país que se define mayoritariamente de izquierdas. Todo ello resulta como consecuencia de una débil izquierda o al menos desorientada, y de un PSOE que no acaba de estar a la altura, no ya de los que militamos en él, sino de los/as ciudadanos/as que esperan un cambio de rumbo tras la debacle del 22 de mayo y ante el escenario electoral del 20N, y que no acaba de cuajar con la contundencia que muchos/as deseamos.

Ya están aflorando algunas de las -por otra parte esperadas- acciones de gobierno enmarcadas en esa delicada línea que en un estado de bienestar, construido no con pocos esfuerzos, no debiese atravesar (al menos no sin antes haber agotado otros caminos como por ejemplo gravar más las rentas de los que más tienen, entre ellos algunos banqueros) y que tienen que ver con la Educación y la Sanidad. Es curioso, los recortes sociales empiezan a aflorar en estos momentos, cuando precisamente tenemos más paro y más problemas de exclusión social. Al final (especialmente con gobiernos de corte conservadora) siempre acaba saliendo la misma vena, que está estrechamente relacionado con fomentar lo privado en vez de lo público, con beneficiar a los que más tienen y con fortalecer a los más fuertes en este conglomerado de economía y mercados, donde los débiles cuentan poco o nada. Posiblemente , este sea uno de los motivos de este alejamiento que parece existir en nuestro país contra quienes han abanderado esta transformación de la sociedad española en derechos y oportunidades, y que se han posicionado al lado de los otros, a los que me refería al principio.

Ante este escenario político y social llaman la atención posiciones como las vertidas hoy porIñaki Gabilondo en su videoblog "la democracia se rinde", o la de Stephane Hessel en su visita a España, afirmando que dependemos demasiado de la economía y las finanzas. Algo gordo se está cociendo y no sabemos con certeza cuáles serán las consecuencias.

¡Qué Dios nos pille confesados!

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