Agosto y sus fiestas
Desgraciadamente los niños de hoy en día no pueden disfrutar ya de ciertos entretenimientos veraniegos como el que suponía montar en el trillo o revolcarse entre la paja que la era de Doña Máxima -hoy base del helicóptero de lucha contra el fuego- nos regalaba año tras año. Una metamorfosis irreversible se ha apoderado del medio rural que agosto sufre de manera especial.
Este mes es por excelencia el más lúdico y festivo de los que componen el calendario anual. Extremadura y sus pueblos se visten de gala para convocar a propios y extraños en torno a una figura, generalmente con nombre de santo o santa, que supone la excusa perfecta para la euforia y el fervor, especialmente impregnados de jolgorio y borrachera, ya que del fervor -entendido como algo religioso- ya va quedando poco, y si Dios no lo remedia es posible que hasta los nombres de los santos patronos desaparezcan de las cabeceras de los carteles y programas que cada año salen a la calle.
Artículo publicado en el diario Extremadura el 21 de agosto de 2006
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