La política del rumor

La rumorología forma parte de nuestra vida, en cualquier ámbito y en cualquier momento. Leyendo hoy el artículo "Virus y rumores" del amigo Anselmo Solana -por cierto muy agudo- no puede por menos que reflexionar sobre cómo este tipo de distorsiones de la realidad pueden llegar a hacer tanto daño.

Sucede que existen algunos refranes como "Cuando el río, agua lleva" que suelen otorgarle a la rumorología un sentido más de profecía, aunque parece claro que en cuestión de economía este tipo de situaciones se convierten en peligrosos guiños que en ocasiones -y si uno no está atento o informado- pueden provocar verdaderos caos en lo político y en lo personal. Aunque obviamente la probabilidad existe, el hecho de que algunos rumores acaben siendo realidad no significa que se trate de un indicador al que tengamos que hacerle caso, ni mucho menos un elemento estratégico para la política como pretenden hacernos ver desde el principal partido de la oposición del gobierno.

Las encuestas han debido animarle a Rajoy que incluso ya parece estar convencido de que va a gobernar este país e incluso habla abiertamente de una posible moción de censura al gobierno de Zapatero. Lo que los rumores dicen un día lo desmiente al poco tiempo la subida del IBEX, y con estas premisas Rajoy se siente pletórico, en plena euforia política y con ganas de meterle mano al gobierno en minoría de Zapatero. Yo le animaría a que lo hiciera, a que lo intentase al menos, porque estoy convencido de que en estos momentos eso sería ratificar su falta de liderazgo y allanarle el camino a otros/as aspirantes que esperan impacientes a que cometa un grave error para hacerse más directamente con las riendas del partido.

Sinceramente creo que los/as ciudadanos/as en estos momentos lo que queremos son soluciones a nuestros problemas, y en mi opinión no podemos estar poniendo una vela a Dios y otra al Diablo, en función de lo que digan las encuestas o lo que digan los rumores.

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