Los otros muros
Hoy se cumple el 20 aniversario de la caída del muro de Berlín, tal y como nos recuerdan todos los medios de comunicación en todas sus modalidades. No voy a repetir yo, ni siquiera detenerme en recordar lo que ya hacen hoy los expertos, analistas, historiadores y políticos, en referencia al que se denominó muro de la vergüenza y que supuso la muerte de muchos inocentes.
Desgraciadamente en este mundo globalizado que nos toca vivir existen otras barreras físicas, ideológicas y económicas, que conforman un planeta con desigualdad y con aislamiento para miles de personas que sufren las secuelas del hambre, la miseria y en ocasiones el imperialismo de algunos países que tienen dos caras y una doble moral. Esos otros muros, bien merecen ser destruidos de la misma manera que cayó aquel cuya demolición hoy se conmemora.
Pero además, en nuestra sociedad siguen construyéndose de manera intencionada algunas tapias que impiden divisar el horizonte y que mantienen en situación de aislamiento a un buen número de personas: aquellas que sufren la marginación, la discriminación y la exclusión por cualquiera de las causas que todos conocemos, siguen azotando día a día nuestras comunidades, nuestros pueblos y nuestras ciudades.
Poco hemos avanzado, o al menos esa es mi impresión, cuando después de aquella caída han vuelto a construirse nuevos muros de la vergüenza y de la división.
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