Comparaciones nada odiosas



Hace algún tiempo y aconsejado por mi amigo Paco de Plasencia, el Soñador de Guardia, me embarqué en la lectura de un libro de bolsillo titulado “El Método Obama”, de Rupert L. Swan, una herramienta práctica y fundamental para quienes se dedican a la comunicación o hacen uso de las habilidades sociales para relacionarse con los demás.

El fenómeno Obama ya no es ajeno a nadie. Sus habilidades sociales, su manera de ejercer la política y su estrategias, son ya motivo de análisis y de estudio por los especialistas, tal y como se refleja en la cantidad de libros y de artículos que en torno a él comienzan a aflorar. Hace poco, leí también en la revista "Emprendedores" un artículo de Isabel García Méndez sobre el ya considerado primer líder del siglo XXI, que también se refería a las habilidades sociales y al don especial que le caracteriza, aludiendo a un libro de reciente aparición que con el título de "Hablar como Obama", escrito por Shel Leanne, que describe y analiza en profundidad las cualidades para la oratoria de este afroamericano que ha roto todos los moldes y ha conquistado la Casa Blanca de manera espectacular.

Muchas son las similitudes que Barack Obama y Fernández Vara tienen. Evidentemente, salvando las distancias y las personalidades concretas de cada uno. Al primero le conozco por el libro recién terminado y por los artículos que sobre él se publican. Con el segundo me une un conocimiento si no profundo, lo suficiente como para establecer ciertas similitudes que me gustaría destacar, entre ellas la cercanía con la gente, con las personas y esa capacidad de humanizar y de llegar a todos, independientemente de su condición o posición.

Ni que decir tiene que ambos son jóvenes, bien formados desde el punto de vista académico y con una preparación política más o menos contrastada. Los dos tienen un blog y manejan el correo electrónico y las redes sociales, porque saben que son unas herramientas políticas de acercamiento y de comunicación bidireccional con los ciudadanos. Siempre escuché a Guillermo Fernández Vara cuando recorría los pueblos de Extremadura antes de llegar a la Presidencia de la Junta de Extremadura eso de "Para vencer tenemos que convencer" y "la política de las pequeñas cosas", además de ser testigo de una coherencia y una firmeza en la defensa de ideas, que antes no había escuchado, al menos en la misma proporción.

Sin duda, Obama-Vara, lejos de pretender ser una comparación, para nada odiosa, es un exponente claro y ejemplarizante del perfil político que los ciudadanos demandan, la recuperación de la ilusión por la política que en demasiadas ocasiones los ciudadanos hemos perdido y sobre todo constituyen un perfil personal que despierta pasiones, que propicia confianza y que encarnan como nadie, la época de los cambios y de la construcción de un mundo mejor.

Comentarios

ROSA ha dicho que…
Es la primera vez que me decido a escribir en tu magnifico blog.
Me parece muy interesante tu entrada.
Creo que son un referente en la política, la gente se esta volviendo a involucrar en ella, por su cercanía, su personalidad y sobre todo me refiero a nuestro querido Presidente por su calidad humana.
Un besito Rosario
Unknown ha dicho que…
Hola Felipe:

Te sigo y te enlazo en mi blog.

Creo que son dos ejemplos de politica directa plural y cercana. Hace poco decia que para saber y conocer y sentir los problemas de la gente hay que bajarse de los atriles y de los estrados, salir a pie de calle, ponerse a la altura de la gente, mezclarse con la gente y oir y escuchar a la gente. Democracia participativa. La Iglesia tambien necesita bajarse del púlpitos y mezclarse con la gente, como hacia Jesus.

Saludos.
Nieves ha dicho que…
Comparto tu entrada y el comentario de Rosario.

Son referentes políticos pero yo me quedo con nuestro paisano por su crecanía, humanidad y ganas por cambiar las cosas.

Saludos y besitos. Nieves.

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