Jesús sigue naciendo en el mundo

Un año más conmemoramos el nacimiento de Jesús en un Belén, símbolo del nacimiento de cualquier hijo y de la propia vida. Este año parece, al menos en Guadalupe, que la exclusiva que Papá Noel parecía haber tenido en los últimos años, ha sido compartida por este niño en forma de unos carteles rojos en los que se dice "Dios ha nacido, feliz Navidad", algo que como no podría ser de otra manera considero justo y necesario. Porque independientemente de la familia en la que hemos nacido y de las creencias que cada uno tenga, la cultura en este país es la que es y por mucho que pretendan meternos por los ojos a ese hombre de barba blanca y traje rojo que se desplaza en un aerotrineo tirado por renos, no nos van a cambiar la historia, entre otras cosas porque en algún caso ya es demasiado tarde o acaso estamos tremendamente convencidos de cuál es el verdadero significado de la Navidad.

En cualquier caso, al filo de celebrar la Nochebuena con una parte de la familia (la política) y con la verdadera un tanto dividida por motivos diversos, uno al menos se siente predispuesto a ello y a intentar vivirlo con cierta inercia, pues tampoco es que hagamos nada extraordinario, más allá de las tradicionales comilonas, alguna copilla de más y cantar villancicos, que de eso si sabemos en el pueblo de Guadalupe.

A todos los que en familia o no, creáis aún en esta fiesta y en su espíritu de unidad y de fraternidad, mi más sincera felicitación.