El esfuerzo de servir a los demás

Esta noche estoy más cansado que un perro. Hay días que cuando llego a casa caigo medio muerto en el sofá y es que mi iniciativa me tiene preso de un buen número de actividades y de proyectos en los que creo y con los que me siento integrado.Para que luego digan que en los pueblos pequeños no hay demasiadas alternativas. Hombre, está claro que el cine, el teatro, una calle de tiendas de ropa o de ese tipo, y ese tipo de alternativas nos la tenemos, pero sí que disponemos de un paisaje y entorno natural privilegiado, muchas asociaciones -especialmente en Guadalupe- de muchos tipos y con muchas actividades y otros valores humanos a los que no me gustaría perder de vista nunca.

Lo mejor de todo el sentirse útil, el ver como el trabajo y la perseverancia en determinados sitios y con algunas personas, va dando sus frutos y cómo uno, se siente mejor persona y socialmente necesario. A pesar de todo, todas estas compensaciones no me inmunizan frente al cansancio y a medida que uno se va haciendo mayor lo va notando. A pesar de todo y gracias a Dios, uno aún mantiene un espíritu energético que no atlético y se siente con las fuerzas y las ganas de hacer muchas cosas que aún están en la recámara de mis aspiraciones.

Siempre digo que para que yo esté en determinados lugares es porque alguien cercano sacrifica muchas cosas, entre ellas mi compañía. Sin duda un tributo que jamás podré agradecer lo suficiente.


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