España y los españoles

Ayer se celebró el día de la Hispanidad, una interesante jornada para la reivindicación y para la reflexión sobre un concepto de nación cada vez más flexible y adaptable a los tiempos que corren, también en continua metamorfosis. Parece lógico que esta jornada ha de servir para manifestar la indisoluble fortaleza de un estado español que ha de permanecer cohesionado y fuertemente encadenado a la Constitución , con el reconocimiento indiscutible de las realidades e identidades regionales, pero sobre todo con el objetivo claro de que el estado ha de velar por la unidad territorial y por el equilibrio entre los "diferentes" espacios que lo componen.

Está claro que la realidad española, entendida desde el punto de vista administrativo y político, está en pleno proceso de cambio: reforma de estatutos de autonomía, negociación de la financiación autonómica, traspaso de competencias... Ante este reto, los ciudadanos somos conscientes de las dificultades que ello conlleva, máxime cuando quienes tienen la responsabilidad de hacerlo a través de las normas establecidas para ello, dejan de lado en ocasiones sus obligaciones para quienes les han votado y se dejan arrastrar por estrategias políticas, cuyo éxito o fracaso -está más que demostrado- depende de la sintonía que exista con respecto a las expectativas u objetivos que la ciudadanía tenga.

Otra cuestión bien diferente es esa hispanidad que se refiere a la identidad de nuestro país, a ese sentirse o no sentirse parte del territorio, a compartir o no compartir ciertos valores. En este ámbito también existe un claro frente de confrontación, de choque con el estado, que se ha multiplicado y yo diría, se ha magnificado, con la aparición en el contexto político de los partidos nacionalistas que han encontrado en este campo, una oportunidad para la política, rozando con peligrosidad los límites de la democracia, tal y como se está demostrando en asuntos como los de la consulta vasca.

Por último, quería referirme a estos patriotas de teatro y apariencia, a quienes ejercen de españoles porque llevan en el coche, la muñeca o en el cinturón la bandera de nuestro país, y se jactan de ello, a sabiendas de que nada ni nadie les va a llamar la atención, ni siquiera nadie les amenazará de muerte. Patriota son quienes viviendo en el país vasco hacen ondear la bandera de España, están en el punto de mira de muchos y aún así, defienden el estado y todo lo que representa, en lo administrativo y político, pero también en lo sentimental y emocional. Esos, si son patriotas, porque no es fácil serlo en determinados lugares del territorio.

Por eso, la Hispanidad debe servirnos para contribuir a construir juntos este estado español que nos une, este territorio histórico que nos cobija y esta identidad que nos caracteriza.

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