Primeras reacciones sociales a la crisis

Todo apuntaba a que más pronto que tarde comenzarían a producirse paros y huelgas en todos los ámbitos que tienen que ver con la economía, y con los elementos directos que parecen estar ocasionando esta crisis. El transporte se ha echado a la calle y parece va a generar algunas consecuencias, previsibles, pero no por ello con efectos directos sobre los mercados y sobre las materias de primera necesidad, específicamente relacionadas con el sector de la alimentación, que provocarán desabastecimientos y con ello, me temo, subidas de precios sin control.

En pleno siglo XXI, el hombre, la humanidad, no puede depender tanto de una materia como el petróleo, de la que se sabe tiene fecha de caducidad, pero que en mi opinión no se le ha sabido buscar alternativa, entiendo que porque no ha interesado, con el tiempo suficiente para evitar situaciones como las que estos días vivimos: los precios "por las nubes" de los combustibles están generando pérdidas y la retirada de muchos transportistas, que no llegan a fin de mes y que ven como sube el combustible pero no su nómina o la tarifa que se cobra a las empresas. Además de esto, el sector del transporte sufre como nadie, las demoras en los pagos (a 90 o 120 días) y eso ha hecho que la soga esté en el cuello, o incluso en fase de estrangulamiento.

Por tanto, aunque me fastidiará como a todos el hecho de que este parón se inicie, mi más absoluta solidaridad con el gremio de los transportistas y sus reivindicaciones, y mi llamamiento al gobierno y a las Comunidades Autónomas para que impulsen medidas de excepción para intentar apoyarles, como se hace cuando toca con los agricultores, los ganaderos y otros colectivos.

Mientras tanto, esperemos que esta situación no desencadene otras similares, y algunos sectores no aprovechen las circunstancias para presionar del mismo modo. Estaríamos, y no lo descarto, ante una poco deseable situación global, que podría en poco tiempo, generar algo más serio, más profundo y nada halagüeño para un gobierno, como pueda ser una huelga general. Sin el ánimo de ser agorero, si conviene que se analicen algunos aspectos que están sucediendo (incremento del paro, crisis inmobiliaria, huelga de transportes...) para que no se descarte tal situación. Espero y confío en que desde el gobierno se tomen cartas en el asunto, de manera urgente, y podamos evitar consecuencias mayores.

¡Qué Dios nos coja confesados!

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