Edificios y espacios sin barreras

Una de las cosas que siempre me ha preocupado ha sido la accesibilidad a los edificios públicos para las personas con discapacidad, no porque a día de hoy sea un problema que me afecta directamente, sino porque mañana puede afectarme y porque además entiendo que hoy día, determinados espacios y determinados edificios de carácter público o privados con subvenciones públicas -es decir mantenidos o rehabilitados con el dinero de todos los contribuyentes- deben permitir el acceso a todos los ciudadanos sin excepción y sin discriminación alguna, aunque eso suponga tener que realizar fuertes inversiones en procesos y elementos de adaptación.

Según recoge el periódico Hoy "los datos que maneja Jesús Gumiel, presidente de Cocemfe, en torno a 500.000 viviendas en Extremadura no reunen condiciones de accesibilidad: unas 300.000 en la provincia de Badajoz y 200.000 en la de Cáceres. Cinco años atrás, el número de edificios inadaptados era de 700.000. Se trata de inmuebles construidos con anterioridad a 2002, año en que entró en vigor la normativa que obliga a diseñar los edificios sin ningún tipo de impedimentos para las personas con discapacidades. En un elevado porcentaje, las dificultades de acceso son debidas a la carencia de ascensores"...n el caso concreto de Guadalupe, un conjunto histórico-artístico protegido, aún queda mucho por hacer, a pesar del esfuerzo que desde el Ayuntamiento se ha hecho por ejemplo instalando un ascensor en las oficinas municipales (el que por cierto creo que no funciona) y aplicando medidas de accesibilidad en edificios y espacios públicos. A pesar de todo aún nos queda mucho que hacer en Hoteles, Hostales, en casas rurales, en restaurantes, en el propio Monasterio y en otros espacios de uso público locales, que sin duda necesitan de un esfuerzo importante y de inversiones públicas para ello.

Además de estos problemas de accesibilidad también existen otros que todos, de una forma u otra, hemos sufrido, como por ejemplo que vayas con un cochecito de bebé y a la hora de subir a una acera tengas que bajarte a la calzada, porque esta está invadida por alguna barrera artificial que impide el tránsito normal y legítimo que todos los ciudadanos tenemos.
Espero que en pocos años estas reflexiones sean meras anécdotas, pero mucho me temo que el ritmo de cambio aún será lento.

Comentarios

Entradas populares de este blog

20 de junio de 2012

Conocimiento e información para todos

Instalaciones deportivas abandonadas