Prevención ante los pederastas

Si hace unas semanas la aparición del cadáver de la pequeña Mari Luz Cortés en la ría de Huelva nos sorprendió y conmocionó de alguna manera a todos los padres de este país que, como el suyo hasta su desaparición, custodiamos a niños con edades similares, ahora volvemos a sentir cierta preocupación por ellos, al conocer más los detalles y las causas de tan trágico suceso, que presuntamente se trata de un nuevo caso de pederastia, que desgraciadamente ha terminado de la peor de las maneras posibles, y que viene a engrosar una ingente lista de sucesos similares o parecidos, que ratifican la boyante actividad de estos en nuestro país, tal y como afirman los expertos en la materia, quienes vaticinan en un futuro inmediato un próspero incremento de las cifras, que han pasado de 84 detenidos en 2003 a 677 en el año 2007, los cuales se cobijan y comunican en los entramados virtuales que ofrece Internet, caldo de cultivo idóneo para sus actividades.

Las operaciones de desenmascaramiento de redes que realizan los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado suelen ser fructíferas, pero está claro que no están contribuyendo a mermar y atenuar este crecimiento desmesurado de comportamientos pedófilos, quizás por el poco rigor y contundencia de la justicia, como parece ser el caso citado, y esto sinceramente me preocupa como ciudadano y como padre. No podemos por tanto, descuidarnos lo más mínimo, ni relajar nuestra responsabilidad de custodia y salvaguarda de la integridad de nuestros churumbeles, porque en este tipo de perfiles delictivos el peligro acecha en cualquier momento. Ningún menor está libre de padecer un delito de este tipo, de toparse en su entorno más inmediato con personas que sufran este tipo de trastornos sexuales, o de ser tentando por alguna de las redes. Es por ello que, ante la creciente, y más que evidente, presencia social de los pederastas, siempre hemos de estar en alerta máxima y vigilantes, para evitar en lo posible que se repita de nuevo esta tragedia.

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