Lucha contra el hambre en el mundo

Mientras que algunos deberíamos ponernos a dieta por el bien de nuestra futura salud, o hemos tenido el privilegio de elegir entre la carne y el pescado en la Semana Santa, otros en cambio no tienen que llevarse a la boca, viven inmersos en una continua hambruna que les debilita, les hace inferiores y en muchos casos les extingue para siempre. Esto se agrava en niños pequeños y personas mayores de algunos países, cuyo mal ya se ha convertido casi en endémico. El encarecimiento de los alimentos básicos, provocado por la crisis del cereal, está generando serios problemas en las reservas y en la ayuda humanitaria, que también se resiente ante las adversidades de los mercados.

Según los expertos, el aumento de los precios de los alimentos se debe a una fuerte demanda de los países en desarrollo, la presión demográfica, la mayor frecuencia de las inundaciones y sequías debido al cambio climático y a una creciente necesidad de cereales por parte de la industria de los biocombustibles.

La ONU alerta ya de esta grave situación y pide mayor solidaridad para estos países, mal llamados del tercer mundo. En una carta emitida y dirigida a los países ricos pide que se necesitan unos 500 millones de euros para poder hacer frente a las necesidades en estos momentos, algo que si no se cumple perjudicará seriamente los programas de ayuda en marcha.

Los extremeños siempre hemos sido solidarios y en los nuevos tiempos también. Aprendimos bien la lección cuando fuimos acogidos por otros países, otras comunidades autónomas... La Junta de Extremadura, presidida por Guillermo Fernández Vara, le da mucha importancia a la cooperación, tal y como ya anunciase el propio Vara antes de ser investido Presidente. Para ello, Extremadura incrementa este año, sobre lo previsto, un 20% su aportación y dispone ya de un plan para los próximos cuatro años.

Pero, esto solo será anecdótico si realmente no se pone coto a esta situación.



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