Deterioro del patrimonio rural

Hace pocos días fue testigo directo de cómo una pandilla de moteros y de quadtreros irrumpía en un conocido camino público de las proximidades de mi pueblo, en uno de estos últimos días de lluvia en los que el firme de cualquier camino rural no está para demasiadas piruetas ni rodaduras. Por unos momentos –les puedo asegurar- creía estar inmerso en pleno rodaje de la película que protagonizase Mel Gibson, Mad Max, pero en plena comarca de Las Villuercas. Meses atrás, mientras caminaba por un sendero de montaña, donde aún se conservan algunos tramos del empedrado original, me llamó la atención la presencia de muchas piedras y gravilla en el mismo, algo a lo que encontré respuesta cuando me encontré con mi amigo Jesús Benito, un joven de Navezuelas, que muy enojado me narraba los efectos del paso de algún grupo organizado a lomos de sus équidos motorizados, cuyos componentes –contaba estupefacto- se habían aficionado a quitarse el estrés de la semana en estas latitudes, causando graves daños en nuestros caminos y vías rurales.

Aunque pueda parecer lo contrario, no estoy en contra de que la gente en su tiempo libre se dedique a lo que le de la gana, a lo que pueda o a lo que les dejen. En cambio sí estoy a favor de que, quien ocupa su tiempo libre en fastidiar el patrimonio público y universal de todos, como por ejemplo los caminos rurales y senderos, a destrozarlos y a descargar su tensión en ellos, pague por ello de alguna forma. Quizá en Extremadura, una región donde la naturaleza todavía se conserva bien, deberíamos ir pensando en que determinadas actividades ya comienzan a generar problemas serios de conservación, que la Ley 12/2001 de Caminos Públicos de Extremadura está en vigor para que se aplique, o que si queremos mantener el patrimonio rural, se hace necesario articular algún tipo de canon que podría servir para costear su conservación y mantenimiento, o sostener los numerosos parques de maquinaria, que gestionados por las mancomunidades, operan en la región.

Comentarios

Entradas populares de este blog

20 de junio de 2012

Nos dejó Carlos Cordero Barroso

Instalaciones deportivas abandonadas