Yo también sufro las listas de espera

No sé como se sentirán aquellas personas que, directa o indirectamente, viven pendiente de una lista de espera en un hospital, y que ven cómo pasa el tiempo, que la enfermedad o el mal sigue ahí y se produce cierta intranquilidad y desasosiego. A nosotros, a mi mujer y a mi nos pasa algo parecido con una operación de anginas y vegetaciones que tenemos pendiente para nuestro pequeño con el Servicio Extremeño de Salud, y más concretamente con el Hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres. Desde octubre llevamos esperando, y es posible que quienes estén en otras situaciones, más dramáticas, puedan pensar que eso no es nada, y que nuestra preocupación no tenga la suficiente consistencia. Habrá otros que pensarán que este tipo de operaciones acaso no supongan un desembolso económico grande como para que tengamos que depender de la sanidad pública, a lo cual nunca renunciaremos, pero resulta obvio que opinamos que si no se trata de vida o muerte, y afortunadamente y gracias a Dios es el caso, debemos aprovechar los recursos en cuya financiación también contribuimos con nuestra nómina y con algunos de nuestros impuestos.

Lo cierto y verdad es que las listas de espera existen, y es algo inherente a la sanidad pública, con lo que posiblemente nunca se acabe, al menos tal y como está planteada hoy, y que le duelen realmente a quienes las sufren, sobre todo porque ves que la dolencia o enfermedad se complica, se torna más compleja y no ves la salida. Me parece muy fuerte y por qué no decirlo también me irrita muchísimo que haya profesionales de la sanidad en paro, que algunos sanitarios se estén lucrando a costa de presuntas comisiones con los medicamentos y que esos fondos que los laboratorios destinan para hacer crecer sus negocios, no lleguen a acuerdos con la sanidad pública para aportar fondos para solucionar por ejemplo las listas de espera.

En este sentido he pensado que a lo mejor desde la blogosfera, desde este espacio privilegiado para la palabra y los sentimientos que nos brindan las nuevas tecnologías, podamos hacer algo, porque nuestros responsables sanitarios, con nuestra colaboración y beneplácito si llegase el caso, pudiésemos -entre todos- hacer frente a esta situación que pasa por ser una de las preocupaciones más patentes y cuya respuesta requiere de una contundencia política y posiblemente unida a esta, presupuestaria. O también, podemos hacer lo que venimos haciendo de manera tradicional en este país, callarnos y aguantarnos.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Yo también estoy de acuerdo contigo ruralita, creo que tienes toda la razón, pero nos callamos y seguimos hablando por detrás sin llegar a actuar, bien por desconocimiento o bien por miedo...¿miedo a qué?

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