Cumbre hispano-lusa

Siempre escuché decir a mi padre que "quien va buscando leña verde cuánto más anda, más pierde", y ese interesante dicho popular quiero usarlo como justificación para impulsar más si cabe, e incluso reforzar las relaciones con el país vecino Portugal, un país con bastantes diferencias con el nuestro, pero también con muchas similitudes. No digamos ya las oportunidades y posibilidades que se abren con Extremadura, una región que comparte frontera física con el país luso, con las regiones del Alentejo y vecinas, con las que se viene trabajando de manera continuada en los últimos 15 ó 20 años, especialmente con programas de la Unión Europea a través de la iniciativa INTERREG, pero nada importante con respecto al potencial que se avecina ante los acuerdos impulsados en la cumbre.

La celebración de la XXII Cumbre Ibérica es sin duda un excelente marco de cooperación para España y también para nuestra región, por la que los portugueses deben atravesar para ir a Europa, y por la que nosotros tenemos que pasar para tomar el puente que nos conduce hacia Iberoamérica. Por tanto, sólo desde el punto de vista estratégico en cuestiones como el tren de alta velocidad, o la plataforma logística que se impulsa en la capital pacense, ya tiene sentido -y mucho- esta estrecha relación que se ha consolidado entre ambos gobiernos, y en cuyo desarrollo, nosotros los extremeños, hemos de estar muy atentos para no dejar escapar algunas oportunidades.

Extremadura, nuestra comunidad autónoma, no debe por tanto darle la espalda a Portugal -nunca lo ha hecho- y debe fomentar más si cabe las relaciones con el país vecino, pero no sólo desde el punto de vista de las infraestructuras, sino también desde el ámbito cultural y cultural, buscando nexos de unión que a buen seguro existen, potenciando los proyectos comunes como los impulsados hace ya algún tiempo por algunos ayuntamientos extremeños y portugueses como Cáceres, Plasencia, Castelo Branco, o con proyectos como el del parque "Tajo Internacional" que dirige el paisano Florentino Reinoso. Ni que decir tiene la ingente cantidad de turismo que fluye a través de la frontera de Caya y que tiene su peso en el cómputo general para nuestra región, algo que se puede fortalecer e impulsar mucho más en un futuro inmediato, mediante acuerdos bilaterales y medidas que favorezcan a las empresas del sector.

Es por tanto una excelente manera de poder compartir, aportar y potenciar ambos países, y las regiones fronterizas por las que se unen, sus gentes y su cultura.

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