Sentir y añorar la tierra

Esta mañana, entre las 12:00 y las 13:00, el periodista de Villafranca de Los Barros, Pedro Fernández, ha dirigido junto a una periodista maña un buen programa de radio, que desde los estudios de Zaragoza de la radio pública aragonesa ha servido para que dos pueblos, dos comunidades autónomas con muchas similitudes, se conozcan un poco más, y especialmente ha servido para que reivindicar el gentilicio de "extremaño", un denominación que han asumido quienes naciendo en alguno de los dos lugares pacen en el otro. Este año, Zaragoza celebrará una exposiciòn universal, un excepcional acontecimiento donde Extremadura también tendrá presencia. Pero no quería yo hablar de la Expo 2008 que ya tiene su página web.

En Zaragoza, como en Madrid, Barcelona, Sevilla, Soria o en muchos lugares del mundo existen un gran número de extremeños y extremeñas, excepcionales embajadores de nuestra tierra, conjunto de personas a las que se les ha dado en llamar en ocasiones "la tercera provincia", y no les faltará razón, pues tienen que conformar una masa considerable, que bien nos vendría ahora en nuestra región para compensar algunos problemas demográficos. Me consta que algunos de esos paisanos y paisanas leen este espacio y me siguen en los diferentes lugares por los que me muevo por la red. Sé, pues yo también fui emigrante esporádico por motivos de estudios 7 años, lo que se siente, lo que se añora y lo que se hecha de menos la tierra, las costumbres, las tradiciones, las comidas... Y también fui en la medida en que pude -ahora incluso más- embajador de esta nuestra Extremadura, en aquel entonces aún más desconocida que hoy, aunque afortunadamente las políticas de promoción de nuestra región en los últimos 6-7 años comienzan a dar sus frutos e incluso a fortalecerse con proyectos como el del Año Jubilar Guadalupense o marca Extremadura.

Las casas de Extremadura, lugares de encuentro en la distancia, deberían complementarse con otra serie de proyectos más concretos para nuestros paisanos en el exterior, además de potenciar aún más si cabe los programas de emigrantes retornados, becas para los hijos de emigrantes que decidan estudiar en nuestra Universidad, ayudas para viviendas en la región, etcétera. Y sobre todo, evitar en lo posible que la emigración siga siendo algo común entre la gente de nuestra tierra, especialmente entre los más jóvenes.

De momento, un saludo cariñoso para todos los que me siguen.

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