¿Por qué no te callas?

Mi amigo de la Plaza de la Cordialidad, Paco Martín, me ha hecho llegar unas palabras de cuyo contenido no os puedo privar:

-¿Por que no te callas?
Realmente lo siento... delante de mi no tengo ningún micrófono, ni ninguna cámara de televisión pero tampoco de gas. Delante de mi no tengo a mucha gente, ni siquiera una manifestación o alguien que me siga con atención. Se que dormimos mas que soñamos, que trabajamos mas que miramos, que nos damos empujones en vez de cogernos de las manos. Se, sabemos todos que tenemos que morir y no nos inquieta porque siempre pensamos que lo hacen los demás, en vez de nosotros mismos. No me considero una persona buena, pero entiendo a quienes lo son, y lo difícil que resulta serlo. Hace tiempo y no tanto tiempo que o no llueve o llueve demasiado cuando llueve como coartada personal no soy el que puso nombre a los animales, de eso se encargó Bob Dylan según parece. No comprendemos que estamos demasiados solos para hacer nada.
Si de vez en cuando escuchásemos una canción, si de vez en cuando supiésemos de donde viene el viento, si de vez en cuando durmiéramos pasando frío, si de vez en cuando fuésemos los segundos al decir lo que sentimos, si de vez en cuando pensásemos en la vez y en el cuando. Ponemos filtros a los cigarrillos pero no a los improperios, no a la calumnia, no al grito ensordecedor, no a la ganas de perdonar. Ponemos a quien nos da las noticias a un señor con corbata sin entonación en vez de a una paloma blanca. Hacemos la critica desde las lejanías, porque quizás así nuestra culpa se diluye en el camino. No contamos cuentos y en cambio somos adictos a las estadísticas. Vivimos en un mundo perdido sin alma y la brújula está en una convicciones de igualdad, fraternidad y hermandad. Matamos a los mensajeros como al toro los toreros, nos compramos coches negros para ir mas veloces a la vergüenza, a la deshumanización y a los falsos credos. Ponemos precio a los impuestos para hacer barrios sin árboles y desterramos a los trovadores en los rincones. Hacemos mas discursos que sonetos, damos de comer a nuestras mascotas lo que otros humanos buscan en los vertederos. Perdimos nuestra conciencia al mentir sobre nuestra vida y sus secretos concretos.
De todos modos gracias por leer, porque mientras lo has hecho has estado al lado de alguien que te quiere de verdad y que se llama Paco Martín. Como ves delante de Paco no hay ningún titulo, ningún micrófono y enfrente estás tu.

Realmente bello.

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