La familia, necesaria en la sociedad

Ser socialista a veces resulta muy complicado cuando además uno también ejerce de católico, ya que en determinadas cuestiones se siente "entre la espada y la pared", y eso es precisamente lo que sucede cuando surgen a debate cuestiones de estado que tienen que ver con la iglesia católica, y en las que uno -porque no decirlo- no comulga con sus compañeros de partido o al menos difiere en algunos planteamientos. Esto es sin duda, algo que se puede hacer dentro de un partido progresista en el que caben todos, y donde no existen fanatismos absurdos que no conducen a nada. Eso afortunadamente hoy no es problema, ni resulta ninguna traba a la hora de expresar mis ideas.

Todo esto viene porque ayer domingo, día 30 de diciembre de 2007, disfruté en la distancia con la concentración de familias en la plaza de Colón en Madrid, viendo como miles de familias con sus hijos reivindicaban los valores de esta, en los que siempre he creído y con los que me siento plenamente identificado. Otra cosa, bien diferente es el uso que de la familia se pretenda hacer y en función de que intereses. Para mi la familia encierra los valores más importantes que una sociedad debe atesorar: el amor, el respeto, la trasmisión del saber humano, la complicidad, el diálogo, el consenso, la solidaridad, etcétera. Es tal la importancia que creo que a nadie se le puede escapar ese detalle. A pesar de ello, todavía hay quien se piensa -y no les falta razón en cuanto a valores y a fundamentos- que la familia es un término cristiano, aunque con los nuevos tiempos parece obvio que esto no es así, habiéndose producido un nuevo concepto de familia, que respeto aunque no comparta en su concepción, y que viene a cambiarnos un tanto los esquemas. Al final se trata de la unión amorosa de dos personas (de igual o diferente sexo) y de la creación de un espacio físico y humano, cuyo objeto hoy día no se sabe muy bien cuál es. Quizás sea el de perpetuar la especie y mantener la estirpe, quizá el de formar a las generaciones futuras, quizás el de mantener vivo el mensaje cristiano... Todas esas posibles misiones pueden estar relacionadas con la familia, aunque algunas de ellas se alejan claramente de los posicionamientos cristianos, específicamente la de perpetuar la especie y mantener la especie que parece ser incompatible con los nuevos modelos de familia surgidos en los últimos tiempos.

Realmente resulta muy complicado el poder encajar todo en una misma visión, y por ello yo soy de los que piensa que lo importante hoy día no es cuestionarse si familia cristiana o laica, sino más bien reivindicar el valor de la familia como centro de formación del hombre, como verdadero espacio de educación y de enseñanza de los valores fundamentales, hoy día tan necesarios, y como un lugar importantísimo y vital para la conformación de una sociedad menos violenta, más justa, más equilibrada y por supuesto más humana. Si además de todo eso, por expresa voluntad de quienes deciden crearla existen otras vivencias y otras formas de ver la vida, ligadas al mensaje cristiano -que no a ciertas tesis de la jerarquía eclesiástica, claramente distorsionadoras y provocadoras- pues mejor que mejor.


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