Día Internacional de la Discapacidad
Hoy es el día internacional de las personas con discapacidad, uno de los colectivos que más olvidados han estado en la última década, y que ahora, parece ver la luz en este túnel histórico en el que se han visto inmersos, en lo laboral, en lo social, en lo político y también, porque no decirlo en lo familiar.
En la actualidad existe un contexto bien diferente con respecto al colectivo de personas con discapacidad, sobre todo gracias a las políticas de igualdad de oportunidades que se han venido desarrollando fundamentalmente impulsadas por la Unión Europea -a través de programas de inserción e integraciòn- que han servido para sentar las bases para otras políticas más directas que han sido alentadas por aquellas. La ley de dependencia y otras medidas realizadas en favor de las personas con discapacidad han sido un buen punto de partida y seguirán siendo fuerzas de impulso en el futuro. Sin embargo, como ya he dicho en muchas ocasiones, en el medio rural sigue existiendo una enorme brecha y un sinfín de obstáculos que aún tenemos que vencer entre todos, sobre todo porque nadie está libre de sufrir en propias carnes este problema, y porque es precisamente en el medio rural donde las personas con discapacidad lo tienen más crudo.
En este sentido, mi conocimiento -no todo lo profundo que me gustaría- de las inquietudes de estas personas, a través de la asociación de Guadalupe, ASDIVI, sirve para al menos concienciarme y aprender de lo que es y lo que significa padecer una discapacidad. Evidentemente nadie mejor que ellos para manifestar sus reivindicaciones, algo que afortunadamente suelen hacer, cada vez más, en numerosos encuentros y foros al respecto. A pesar de todo creo que vemos con demasiada distancia el problema, lo asumimos pero no lo compartimos y no hacemos lo suficiente por derrochar empatía con quienes lo sufren.
El vivir en un pueblo pequeño, en una comarca sin demasiadas infraestructuras y servicios, hace que las cosas tengan que ir irremediablemente más lentas. Pero a pesar de todo, hay una cosa que tengo muy clara y con la asociación a la que antes me he referido lo he detectado: quien la sigue la consigue. Estoy convencido de que gracias a todo lo anteriormente expuesto se está incrementando la toma de conciencia general y con ella se está ampliando el espectro de oportunidades que surgen para estas personas, iguales que todas las demás, pero con algunas deficiencias físicas, subsanables y ampliamente sustituibles para realizar muchos de los trabajos que hoy día demanda la sociedad. Ahí está por tanto el reto, el convencer y demostrar que ellos también son competitivos y que pueden trabajar e integrarse en las empresas.
Espero que muy pronto ellos y ellas también tengan su propio espacio en la blogosfera y nos puedan trasmitir sus experiencias que a buen seguro nos enriqueceran como personas.
En la actualidad existe un contexto bien diferente con respecto al colectivo de personas con discapacidad, sobre todo gracias a las políticas de igualdad de oportunidades que se han venido desarrollando fundamentalmente impulsadas por la Unión Europea -a través de programas de inserción e integraciòn- que han servido para sentar las bases para otras políticas más directas que han sido alentadas por aquellas. La ley de dependencia y otras medidas realizadas en favor de las personas con discapacidad han sido un buen punto de partida y seguirán siendo fuerzas de impulso en el futuro. Sin embargo, como ya he dicho en muchas ocasiones, en el medio rural sigue existiendo una enorme brecha y un sinfín de obstáculos que aún tenemos que vencer entre todos, sobre todo porque nadie está libre de sufrir en propias carnes este problema, y porque es precisamente en el medio rural donde las personas con discapacidad lo tienen más crudo.
En este sentido, mi conocimiento -no todo lo profundo que me gustaría- de las inquietudes de estas personas, a través de la asociación de Guadalupe, ASDIVI, sirve para al menos concienciarme y aprender de lo que es y lo que significa padecer una discapacidad. Evidentemente nadie mejor que ellos para manifestar sus reivindicaciones, algo que afortunadamente suelen hacer, cada vez más, en numerosos encuentros y foros al respecto. A pesar de todo creo que vemos con demasiada distancia el problema, lo asumimos pero no lo compartimos y no hacemos lo suficiente por derrochar empatía con quienes lo sufren.
El vivir en un pueblo pequeño, en una comarca sin demasiadas infraestructuras y servicios, hace que las cosas tengan que ir irremediablemente más lentas. Pero a pesar de todo, hay una cosa que tengo muy clara y con la asociación a la que antes me he referido lo he detectado: quien la sigue la consigue. Estoy convencido de que gracias a todo lo anteriormente expuesto se está incrementando la toma de conciencia general y con ella se está ampliando el espectro de oportunidades que surgen para estas personas, iguales que todas las demás, pero con algunas deficiencias físicas, subsanables y ampliamente sustituibles para realizar muchos de los trabajos que hoy día demanda la sociedad. Ahí está por tanto el reto, el convencer y demostrar que ellos también son competitivos y que pueden trabajar e integrarse en las empresas.
Espero que muy pronto ellos y ellas también tengan su propio espacio en la blogosfera y nos puedan trasmitir sus experiencias que a buen seguro nos enriqueceran como personas.
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Un saludo.