Las distancias se acortan

Hace ya algunos meses escribía en el periódico "Extremadura" sobre una anécdota que me sucedió con motivo de una urgencia que me hizo ir hasta el Hospital San Pedro de Alcántara de Cáceres con mi pequeño, y la cual me hizo reflexionar sobre el riesgo que la distancia de más de 125 kilómetros significaba para quiénes no teníamos cubiertos ciertos servicios de urgencias por el mero hecho de estar en el medio rural.

Ayer tuve la suerte de asistir a la entrega -que no inauguración- de una nueva Unidad Medicalizada de Emergencias Rurales (UMER) que dotada de todos los medios, humanos y técnicos, permitirá actuar en casos de extrema urgencia como puedan ser accidentes de tráfico, infartos de miocardio, etc... Todo un avance y un logro para la comarca de Las Villuercas, sin duda una de las que más necesitaba su puesta en marcha, y sobre todo una garantía de seguridad que supone un plus más para quiénes elijan o hayan decidido en su día vivir en estas latitudes.

Decía Guillermo, el Consejero de Sanidad y Consumo de la Junta de Extremadura, que cuando miraba a la camilla, en ese momento vacía, le vino a la cabeza la reflexión de cuan importante iba a ser ese elemento, tanto que serviría en muchos casos para salvar vidas humanas, algo que desgraciadamente y en muchas ocasiones no ha sido posible en otras épocas. Este tipo de noticias son profundamente importantes para quiénes de alguna forma sufrimos las consecuencias de esas distancias, a veces demasiado grandes, con respecto al mundo urbano.

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